lunes, 22 de julio de 2013

Comienzo, final, comienzo, final, comienzo, final...

Qué mejor manera de estrenar el blog: hablando de comienzos y finales, o finales que se convierten en comienzos quién lo sabe...

   No hace mucho tiempo que Lunática existe, por lo menos así bautizada, pero se ha convertido en parte de mi. 


Podemos decir que la pobre no es ni la mas lista, ni por supuesto la más guapa. Detrás de sus gafas amarillas y su nariz roja no se esconden buenas ideas, aunque sí buenas intenciones y dos ojos de psicópata. 

Siempre está dispuesta a hacer alguna travesura: la puedes encontrar robando guantes, escondiendo juguetes o cogiendo insectos; por lo que no es la chica a la que llevarías de cena porque puede que te tire un guisante a la cabeza, te robe la silla o se ponga a jugar con los cubiertos. ¡Qué le vamos hacer! 

Le gustan los cómics, la ciencia ficción y las películas de miedo, también los Beatles y la lechuga sin aliñar pero lo más importante  es que tiene una habilidad, que a mí, personalmente, como guardiana me gustaría tener: no pierde la sonrisa. 


Y mira que la he visto caer... por caer se cae hasta cuando está echada la muy torpe, pero se levanta, se coloca el vestido, o no, y sale tan triunfante... Hay veces que cuando me siento triste la dejo salir para que me anime y siempre lo consigue. Pero lo que a ella más le gusta no es hacerme reír a mí, sino a los demás. 

No sé si será verdad pero me dijo que es porque en la Luna se comen las risas y con eso viven, el caso es que es así... y le da igual todo con tal de conseguirlo; si tiene que hacer magia para hablar ruso lo hará, si se tiene que tirar en medio de la calle también lo hará y si tiene que buscar a un médico para que le ayude a usar el sacapupas pues lo buscará. 

Pero lo que no mencioné antes es que Lunática nunca viene sola, sino que de la luna se suele bajar a unos cuantos soles para hacer de las suyas por los largos pasillos y las pequeñas habitaciones de donde se nos necesite.


Tenemos a Pachucho, nuestro mentor, nuestro director, nuestro actor, que siempre va estupendo con sus minishort.

A Cocorina, la gallina divina, que tantos dolores de cabeza le da a Lunática porque es muy fina (y porque se le va la pelota).
Heleglobina que siempre tiene un globo para el momento adecuado. 
Rizirubina que te pone a vivir en 5 minutos con ese salero.
Pitusa la voz de la razón "tía nos están grabando" que si nos juntamos hacemos buena combinación.
Sonrisa, su nombre lo dice todo, tan dulce y animada que por culpa de Lunática siempre se lleva sonrojos.
Fonendín, que dicen por ahí que tiene el corazón a proporción de su altura (mide 2m)

Y como no, no me puedo olvidar de Minnie y Astromolón que aunque no figuren en nuestras listas payasiles confío en que algún día vuelvan con nosotros porque ellos formaron parte del principio de todo.

Y así a lo tonto nos dio el verano, y nuestro elenco de perturbados se tiene que ir de vacaciones y poner punto y coma a unos meses maravillosos que de no ser por GALBAN, SED, CRUZ ROJA y vuestra sonrisa no habríamos podido tener. Espero de todo corazón volver, no solo por mi bien sino por el de los demás ya que Lunática cada día empieza a ganarme terreno, y volver a cazar sonrisas con mi cazamariposas.


Besos de oso. 

Lunática.

Si tuviera el poder de decidir sobre la gente haría que todo el mundo se comprara una nariz porque para enfrentarse al mundo hacen falta muchas. Yo antes tenía una y ahora tengo dos, y gracias a esta nueva nariz tengo el valor de enfrentarme a más cosas. ¡Manda narices!